Una parte, y no precisamente pequeña, de acercarse a otra lengua implica empaparse de la cultura que conforma dicho idioma. En el caso del inglés, el conocer la literatura inglesa y sus grandes plumas es algo básico, aunque sea mediante una traducción (que las hay, como todo: buenas, malas y regulares) y a ser posible, en un formato atractivo. Y es que la forma no ha de estar reñida con la sustancia y un buen contenido en un bonito continente es un combo ganador.
A lo largo de varios post iré reseñando algunas ediciones de relatos clásicos a los cuales la ilustración y una cuidada edición los hace imprescindibles para todos aquellos y aquellas que quieran acercarse a la literatura inglesa. Porque con el “Brexit” el Reino Unido estará más lejos, pero la palabra escrita salta cualquier frontera y enlaza autores y lectores aunque estén a siglos de distancia.
La primera recomendación será “La Dama de Shalott”, de Alfred Tennyson. Editado en 2016 en formato álbum ilustrado por Thule. En esta historia transcurre en un escenario onírico, en donde se distinguen elementos propios de la Edad Media (como la ciudad de Camelot). Allí, una bella dama está atrapada en una isla que está bañada por las mismas aguas que alcanzan la corte artúrica. Un maleficio impide escapar del lugar y obliga a la joven a pasar las horas observando la vida pasar… Un dramón medieval, cuyos ecos simbólicos llegan hasta el mismísimo Tolkien, al que este personaje sirvió de inspiración para su Baya de Oro, la esposa del cantarín Tom Bombadil. Además esta edición está concebida como si de un libro iluminado se tratase y el trabajo de ilustración de Matthew Griffin es bellísimo. Lord Tennyson, que como todo romántico del XIX estaba enamorado de la mítica Edad Media, estoy seguro de que allá donde esté, se encenderá una pipa y se mesará las barbas de hípster decimonónico con orgullo al ver su obra rescatada para el siglo XXI con tan buen gusto.
Beatriz Crespo Ortega
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