Los caminos
se abren
ante nuestra mirada, sobre cerros
y campos ofreciendo paseos, sombras acogedoras,
invitándonos a salir y andar y correr por ellos. Salir al campo SIN
MIEDO.
Las calles se
iluminan y a la luz de las farolas las calles se muestran amables, y apetece
recorrerlas con las manos en los bolsillos viendo nuestro reflejo en los
escaparates. Apetece pasear SIN MIEDO.
Laura
Luelmo salía a pasear, o a hacer deporte
y dejaba el miedo en casa. No la pudimos acompañar, ni tampoco había pedido
compañía, tal vez porque sabía que, como dijo un poeta, en el miedo no hay
donde esconderse.
No son
necesarias muchas más palabras. No queremos tener miedo, no queremos que los
brazos viscosos del miedo rodeen nuestros paseos, nuestras diversiones, nuestro deporte, nuestros bailes, nuestra
vuelta a casa. No tenemos porqué tener miedo.
Por Laura, por
todas las mujeres que salen a la calle sin miedo pese al horror, tenemos que
ser valientes. Pero necesitamos otros valientes, que no nos piropeen junto a
sus amigos, ni nos sigan de noche, que no se rían de las bromas que nos ofenden
cuando pasamos cerca.
Nosotras ya
luchamos, ya nos esforzamos, y salimos a correr y bailamos y volvemos a casa
cantando, pero sería más fácil hacerlo en un mundo donde el miedo sólo lo tuvieran los malos, donde
fueran los que desprecian a las mujeres y sexualizan a las mujeres los que se
quedaran solos. Para imaginar cómo sería
ese mundo que queremos y a cuya construcción tenemos que contribuir y para recordar a Laura, que sólo quería
correr sin miedo, vamos a llevar a cabo este minuto de silencio.
Alejandro Albaladejo del Castillo
Actividades realizadas en la asignatura de Cambios Sociales y de Género, 2º ESO, sobre el último tuit de Laura:
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